No es lo mismo
Toc, toc. ¡Uy, no! Clic, clic. Ahora sí, se abre el confesionario virtual. Más de una semana sin aparecer, que diría el de negro. Sí, es que he estado muy liado. Siempre hay tiempo para charlar, no lo olvides, hijo mío. ¿Hijo suyo? ¿Quién me habla? ¿El subconsciente? ¿El cardenal? Debo haberme quedado en un plano desconocido. O a lo mejor, como Fito, dejar la "peligrosa" sólo para las ocasiones especiales.En fin, que aquí estoy. Obvio, pailán. Otra vez la voz. Debe ser que no la dejo hablar, por eso sale. Como esa frase que se me viene apareciendo desde hace una semana: "Se asoman días...". Y allí se detiene. El otro día averigüé por qué. Y anoche, lo entendí. Y salió.
Se asoman esos días de rutina, de producción intelectual y académica, de horas ante el ordenador y preguntas adolescentes en el despacho, de conocimientos impartidos y desconocimientos compartidos con el de la pipa.
Se alejan los otros días. Los de inconsciencia ante los deberes doctorales, los de carreteras eternas y puertos de montaña que me queman los pulmones, los de cerveza "ahora sí, y luego también, qué carajo", los de lecturas intrascendentes y desapasionadas, los de "acabo de ver un pececico de colores" en un mar caldoso y triste, los de "no sé qué hora es" y "vamos a tomarnos la penúltima".
Pero anoche comprendí que también se asoman esos días en los que vuelvo al cole y los echo de menos, a aquellos con los que me he entusiasmado y crecido, con los que he reído y sonreído, con los que he disfrutado y he aprendido, con los que te aceptan y no preguntan y también ríen y sonríen.
Vienen otros. Ya estaban. Pero no es lo mismo.
2 Comments:
Llegan esos días... pero también pasan volando. Disfrutemoslos, pues!
¡Qué vengan esas garimbas! Luego llegarán las risas.
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