jueves, mayo 17, 2007

Amigos que cambian, amigos que permanecen

15 años atrás, a la misma altura, más o menos, de la Playa de San Juan y a una hora similar de la tarde, los mismos protagonistas que este pasado domingo se reían en torno a la mesa de un restaurante miraban a la vida con otros ojos. También vigilaban a las chicas que transitaban por la playa, pero esa es otra historia y entonces, además, tenían más pelo, entre otras escasas virtudes.

Aquella tarde de 1992, tumbados en la arena, recuperándose de una resaca más, las expectativas, los sueños, las ilusiones, las dudas, las certezas se antojaban una parte importante de su quehacer vital. El miedo por lo que venía se topaba con la pasión, no sólo de las palabras, también de las intenciones. Lo que ellos, recién licenciados, esperaban para los siguientes años de sus vidas no tenía nada que ver con lo que después se encontraron, pero en aquellas horas no lo podían sospechar.

El ahora abogado, padre de familia, jugador de golf, que tiene negociar precio con las canguros para los niños y noches de asueto y gin tonic con su mujer, se debatía cuándo empezar a estudir las oposiciones para notario que luego se perdieron por una mujer.

El ahora promotor inmobiliario, inquieto negociante, con varios teléfonos móviles en su bolsillo, que busca paraísos donde invertir, se preguntaba cuánto tardarían en salir las oposiciones para economista en tal o cual consellería.

El ahora profesor universitario, ciclista aficionado a la cerveza y al cine, divorciado y calvo, intentaba averiguar si alguno de los muchos currículos enviados le serviría para trabaja como periodista o acabaría de cajero en el Pryca.

El ahora enamorado, comprometido y con un piso nuevo a medias con su chica, profesor de instituto en el extrarradio de Madrid y amante de los coches clásicos, fantaseaba a cuántas extranjeras podría seducir si al aprobar las oposiciones le enviaban a Palma de Mallorca.

Y, aunque no estaba físicamente esta pasada tarde de domingo, el ahora sindicalista, funcionario liberado, preocupado por la economía doméstica y por la española, barruntaba a qué se podría dedicar un filólogo hispánico en un país en el que apenas se leía.

Ahora tenemos 40 años. Los cumplimos en unos meses. Cuando estamos juntos, ninguno de nosotros echamos la vista atrás, a aquella tarde del 92. No lo necesitamos. Pese a que nos hemos encontrado con cosas que no eran las que esperábamos, seguimos riéndonos juntos, juntándonos a comer, ironizando sobre nuestros defectos físicos, preocupándonos por lo que le pase a cualquiera de nosotros, creyendo en la pasión.

Por eso, cuando Felipe anuncia que se casa y que lo hará en Nueva Zelanda dentro de unos meses, nos descojonamos, nos burlamos de él, nos emocionamos, brindamos porque Peter Pan se ha hecho mayor, empezamos a preparar el viaje, nos proclamamos sus padrinos de boda, le asustamos diciéndole que también vamos a la luna de miel, nos reímos juntos.

Y para celebrarlo, decidimos irnos un fin de semana a Estocolmo, para que veamos a las últimas extranjeras, para olvidarnos de las canguro, la economía, el precio del ladrillo o la tesis doctoral.

11 Comments:

At 9:24 a. m., Blogger Raquel said...

Alguien que valoró muchísimo la amistad (tuvo muchos más amigos que mujeres, y fueron muchas, algunas incluso siguieron siendo sus amigas después de ser sus mujeres) Vinicius de Moraes escribió:

Se necesita un amigo.
No es necesario que sea hombre,
basta que sea humano,
basta que tenga sentimientos,
basta que tenga corazón.
[...]
Debe tener un ideal, y miedo de perderlo,
y en caso de no ser así,
debe sentir el gran vacío que esto deja.
[...]
para tener la conciencia de que aún se vive.

(No me cuesta nada ver cómo se conserva viva vuestra amistad, lo que sí que cuesta es imaginar a Felipe casado).

 
At 11:53 a. m., Anonymous Anónimo said...

Pasan los días y no te das cuenta que los segundos, minutos y horas son joyas! aprovechar cada instante es lo que cuenta.

Vivir la vida, sentirla y disfrutarla al máximo. No te pierdas nada Olabe y ve a por todas!

Eres mi calvo de la fórmula 1

 
At 12:02 p. m., Anonymous Anónimo said...

Anda dejate de tonterias y sacate el carnet de conducir de una vez por todas. Que ultimamente solo hablas del pasado como si te quedara poco para estar entre nosotros.

 
At 9:51 p. m., Blogger folabe said...

De Malati esperaba algo de ese estilo, pero los anónimos (que, por cierto, ¡cómo me joroba, aunque lo respeto, eso del anonimato!) me han dejado estupefacto: uno por el sentimiento (y también por lo de calvo, que voy amino de ello pero todavía me queda)y el otro porque el post, al igual que los anteriores, no implica que me recree en el pasado, sino que gracias a él he evolucionado.
Además, todavía tengo ganas de seguir disfrutando de la vida.

 
At 6:17 a. m., Anonymous Anónimo said...

Hay que vivir el presente pero no olvidar el pasado y mirar hacia el futuro.

 
At 1:28 p. m., Anonymous Anónimo said...

yo estoy con el anonimo 2 que estas un poco en plan epitafio "perdonen que no me levante"
EEJEJEJEJEJE... no te mueras eh?

Anonima pa joder

 
At 4:36 p. m., Blogger folabe said...

Anónima pa joder, pues que no te enteras. El post no contiene nada negativo, ni se recrea con nada del pasado. Si lo lees con detenemiento verás que simplemente habla de que la vida te lleva por sitios que nunca prevés, pero que no quiere decir, en absoluto, que sean malos.
Y en todo ese recorrido he tenido la suerte de contar con amigos con los que, pese a los años que nos conocemos, nos sigue uniendo el gusto por seguir haciendo cosas, pese a las limitaciones.

 
At 7:54 p. m., Anonymous Anónimo said...

La vida es aquello que te va sucediendo mientras te empeñas en hacer otros planes , Jonh Lennon dixit.
Yo, la verdad, tampoco me veo casado...hay que estar un poco mal de la cabeza...tantos platos en el menu y el resto de la vida comiendo lo mismo ¿ no os decian de pequeños que hay que comer de todo? pues eso.

 
At 11:24 a. m., Anonymous Anónimo said...

Los de la Coca Cola os han hecho un anuncio de tv.

 
At 12:30 p. m., Blogger folabe said...

Creo que deberíamos pedir derechos de autor.

 
At 8:59 a. m., Anonymous Anónimo said...

Me encanta reconocerlos a todos. Pero tú sí has llegado a lo que querías. Por lo menos en parte. Y lo mejor, y permíteme que te diga que te sigue haciendo diferente (que ninguno de los colegas 'cuarentones' se me rebote, es que continúas caminando hacia otras metas. Lo de cajero, como que no te he visto nunca. Vaya colas montarías. Belinda said

 

Publicar un comentario

<< Home