jueves, marzo 22, 2007

Todo esto de madrugá

Tiene su aquél esto de escribir. Me desnudo ante ti, improvisado lector, visitante ávido de descubrimientos. ¿Me guardo de contar o me lanzo? ¿Qué esperas?

Hace unas semanas Javier Marías se aprovechaba de estas dudas para asaltar su columna semanal. El muy ladino. Recurso fácil, de oficio viejo en esto de las letras.

Hoy me topo en el viaje virtual con el voluble cuore de Re, pérfida con las palabras, que las maltrata consciente y delicadamente para desdicha de los adocenados paladares. ¿Qué hago, si con la puñetera desfila la prosa poética de los malditos?

Desde Sevilla no se puede hablar de la crisis de los 40. Si es que no lo estoy. Por mucho que me lleven a comprobarlo en el teatro, viendo a Toni Cantó en Baraka, o me conduzca Michel Houellebecq con "Las partículas elementales". A lo mejor, como he estado gris durante unos cuantos años atrás, ahora ya no me pilla desprevenido. En todo caso, si tuviera que inspirarme en un momento de "chungokubatabikey" me quedo con José Sacristan y Antonio Resines en Dos mejor que uno.

Dejo en búsqueda de ron y andaluzas (¡Ole las mujeres bonitas!, que decía mi compadre Julián Rubio) a Emilio y Jorge y me vengo al hotel. Tengo que hacer algo con la ponencia de mañana, porque como lea parte de las 13 páginas que he escrito... Si es que con un título de esta calaña: "Aproximación a la gestión comunicativa de los clubes de fútbol profesionales en España" yo también me iría del salón de actos. Soy el rey del powerpoint. Y si no, siempre puedo hacer caso Luis Ciges y empezar así como: "Vengo a hablar de Dostoievski" (ayy, Bailarina).

Pero como lo del congreso ha sido un buen argumento para avanzar en mi tesis, aprovecho y hago vida social. "Cabrón, qué ganas tengo de tenerte delante. Pero no me vengas con el peluquín, eh. Mañana, comemos", aulla Quiliano por el móvil. "Mamón, por qué no has llamado antes y te hubiera preparado una rutita... Mañana, comemos", advierte Moncho desde la redacción. "Quillo, déjate mañana el lío ese en la universidad y te llevo a comer a un sitio que vas a ver", insiste Marcos.

Y a las 16.30 me presenta la moderadora de mi ponencia. ¡Olé la tortillita de camarones y el cazón en adobo!

3 Comments:

At 11:49 a. m., Anonymous Anónimo said...

Qué bueno estar en andalucía.
Yo iré en Mayo a la Feria de Jerez a beber rebujito bueno y a comer camarones!!!!!!!!!!!!!!!!!!
OLE, OLE Y OLE y quien no diga ole que se le seque la marihuana!

 
At 3:03 p. m., Anonymous Anónimo said...

¡Cuan ingrato puede llegar a mostrarse el ser humano!

Nadie te llevó a que comprobaras si ya has llegado o te falta mucho para la crisis de los cuarenta (¿Qué es eso? ¿Cómo se sabe que ya está ahí? ¿Qué pasa si lo está y nos pilló desapercibidos? ¿No son, acaso, siempre enriquecedoras las crisis?).

La idea era experimentar la sensación agradabilísima, al menos para mí, del teatro (aunque fuera en un pueblo donde la gente no ha oído hablar de la puntualidad, el silencio y la compostura) y si, de paso, disfrutábamos de una buena obra pues miel sobre hojuelas.

Además, si la obra trataba de crisis, era más sobre las que sufre la amistad con el paso del tiempo y no necesariamente a los 40.

Además bis, ¡qué caray!, yo solo fui por ver a Toni Cantó ¡ese hombre!

Espero que las jornadas sevillanas sean provechosas, académica y/o gastronómicamente hablando (miraré Redes esta noche :-) )

 
At 12:16 p. m., Blogger Nando Rico said...

¡Cómo te lo montas Olabe! No paras quieto en ningún lado. Y por lo visto tienes amigos en todos, así que... mejor imposible. Espero que la ponencia te saliera bien y durmieras a nadie, jaja. Porque la comida seguro que estuvo de lujo.

Un saludo desde Madrid.

 

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