miércoles, marzo 14, 2007

Vicisitudes o la vida

Al niño, con seis años, le entró un ataque de dignidad, algo que le ha acompañado desde siempre y que le ha procurado más de un disgusto, y decidió que lo mejor era irse andando. Había perdido el dinero para el billete de vuelta en el autobús a Elche, donde vivía por aquella época. Comedido, orgulloso, osado pensó que antes que pedir el dinero a algún compañero, lo más fácil era empezar a caminar desde el centro de Alicante, con la mochila del cole y el balón de fútbol. Por San Gabriel, junto a las vías del tren, se le apareció un ángel en forma de familiar de su madre que lo subió al coche, sorprendido, alucinado.

Al muchacho, diez veranos y los primeros pájaros en la cabeza, le dio por ser músico. Con los dedos como chistorras y un madero por oído, lo mejor era tocar la batería. Las 5.000 pesetas de las clases particulares de matemáticas que su madre le entregó a principios de mes (ya se intuía que lo suyo eran las letras) se transformaron en cuatro tambores y unos platillos, que además tenía que aguantar un amigo ya que por ese precio no incluía el pie que los sostenía. De aquella experiencia quedó el recuerdo de una bronca tremenda y el nombre del grupo que no triunfó: MENHIR

Al adolescente, 17 inviernos, cara de lápiz, estética hippie, su inconsciencia le llevaba a cogerle el coche a su madre para irse a los pubs de la playa de San Juan de marcha con sus amigos.

Al joven, universitario, de nuevo orgulloso y digno, enfrentado a su padre, las exigencias económicas de estudiar a muchos kilómetros de su casa y las constantes juergas pamplonicas le obligaron a hacer de ama de casa en el piso de estudiantes a cambio del alquiler. Las ventajas, ingresos seguros y sin muchas complicaciones; los inconvenientes, que sus compañeros de vivienda le tocaran el culo mientras limpiaba los platos.

Al proyecto de madurez, con demonios interiores, confusión vital y un presente condicionado por su pasado, las noches se le hacían eternas en el sofá mientras en la cama dormía una mujer deseable, enamorada, paciente, expectante. Cuando volvió al tálamo, la muchacha ya no estaba.

Olabe, te mando una meme, una especie de recadito-putada en la que se te invita a contar 5 vicisitudes tuyas de cualquier aspecto, no dadas a conocer anteriormente mediante el blog y luego pasar el marrón a otros cinco colegas. Lo siento, esto de los bloggeros es asin.

Como dice Nacho, os paso el recadito. Johnny, Daze, Nando, Samu, Malati, os toca. Bueno, y quien quiera.

5 Comments:

At 9:31 a. m., Anonymous Anónimo said...

Lo siento, guapo, pero ya sabes que mi pudor me impide entrar en este tipo de juegos.
Mucho menos lo haría después de leer el tuyo, que me ha encantado y me deja sin palabras.
Además creo que, como soy géminis por nacimiento y por convicción, mi vida es una concatenación de vicisitudes, o al menos así la veo.

‘cada día suele ser
eso y todo lo contrario
un gran día o un calvario’
que dice Olga Román

A ver si con los otros cuatro tenemos más suerte y sí que se lanzan a relatarnos sus cinco vicisitudes.

 
At 12:01 p. m., Blogger Nando Rico said...

Parece interesante esto, pero no acabo de entender cómo funciona esto. ¿Contamos nuestra historia en nuestros respectivos blogs? Quizá me ponga, no tengo reparos y, además, un poco de literatura propia nunca vien mal. Aunque creo que prefiero escribir canciones, jaja.

El tuyo es muy bueno. Por cierto, no sabía que tocaste la batería. Cuando aprenda bien con la guitarra me pondré con ella, me encanta.

Saludos madrileños.

 
At 5:08 p. m., Anonymous Anónimo said...

Muy weno lo del meme in crescendo, contando 5 vicisitudes desde peqeño hasta la actualidad. Enhorabuena. De verdad hiciste de chacha por pasta o se trata de algo de literatura?Por favor necesitamos fotos. Un saludo.

 
At 8:15 p. m., Blogger folabe said...

Malati, siempre tan discreta, puñetera. Observo que la voz del Sabina te ha calado.

Nando, lo de la batería fue tan efímero que a los 7 meses revendí la batería.

Respecto a las fotos, Nacho, me temo que todavía no pueden ser desclasificadas.

Un abrazo.

 
At 1:27 p. m., Anonymous Anónimo said...

La voz del Sabina me tiene en un sinvivir, que no escucho otra cosa desde hace un mes, que conduzco más despacio para estar más tiempo en el coche y disfrutar durante más rato de su música, que si me hubiera gustado escribir canciones (como a tu amigo Nando) esas son las que hubiera escrito. Que os recomiendo a todos que compréis sus discos, a ver si es posible, por una vez, que alguien que hace buena música triunfe sin trampas.

 

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