¡Qué nos entra la risa!
Todas las mañanas el mar invita a nadar.Todas las tardes el sofá reclama su siesta.
Todas las noches una Volldamm, doble malta, se enfría en el congelador.
Todos los días llegan mensajes de ansiados reencuentros.
Salitre, sopor, estrellas, risas. Siempre se vuelve a empezar. Allá vamos.