jueves, enero 31, 2008

Las cosas Mc Cartney


O lo que es lo mismo, el desparejamiento, llevar la contraria, salirse de la norma, dar la nota, ser diferente.

Cuando guardas los tenedores en el cajón de los cubiertos y siempre hay uno que se queda del revés.

Al ponerte los calcetines por la mañana y uno es negro y el otro azul.

De todos los cepillos de dientes que hay en el vaso del cuarto de baño coges el que lleva caperuza cuando no es el tuyo. Así todas las noches.

El coche blanco con pegatinas de la Metro que intentas abrir en el aparcamiento del Carrefour y resulta que el tuyo está en la planta de abajo.

La toalla que no has puesto en el toallero de la ducha y que lo descubres cuando ya has cerrado el grifo del agua calientes y estás descorriendo la cortina.

Este post que es producto de la anestesia en las muelas de esta mañana.

viernes, enero 25, 2008

Ese tiempo que no ha conseguido condenarnos

¡Qué quince años no son nada! ¡Qué si Sabina y Serrat se reúnen para hacer el ganso, porqué no se pueden reencontrar estos pajarracos!

La diferencia es que aquellos ganan pasta con el espectáculo, mientras que nosotros recuperamos emociones, reinventamos risas, disparamos contra la nostalgia, bebemos amistad, nos saciamos de abrazos, pedimos la vez para presentarnos unos a otros el presente, seguimos siendo espectáculo.

Al igual que hace quince años, cuando los días en Pamplona eran un acontecer continuo de disfrutar de nosotros y de la ciudad, la revisitación de nuestro amor es fruto de la misma improvisación que entonces: "Oye -suelta la Pirula así como quien no quiere la cosa-, que hace ya unos años que acabamos la carrera y que estaría bien celebrarlo". O lo que es lo mismo, que os echo de menos y no me gustaría saber de vosotros sólo por las llamadas telefónicas puntuales, los correos electrónicos marchitos de caligrafías o de las ocasionales visitas que me hacéis a este Madrid que me mantiene.

Así, lo que empezó siendo un ruego camuflado de jornada de vino y rosas, se está convirtiendo en nuestro vestido de primavera. Vienen y van por la red, cuando alguno se levanta con el día inspirado o añorante, misivas digitales con destinatarios que siempren tienen un instante para su remite. Vienen y van repletas de propuestas y respuestas, evocaciones y provocaciones, ubicaciones y colocaciones, incluso hasta de fotografías que advierten del físico actual de alguno de los protagonistas.

Pues con esa excusa, ahí va esta. No están todos los actores de nuestra obra vital, pero el elenco era y es igual de importante, pese a las ausencias. Seguro que las miradas de entonces no habrán mutado en exceso cuando nos volvamos a ver.

lunes, enero 21, 2008

Post facilón...

... y oportunista, pegado a la actualidad ("ya era hora, tronkolivo, que andabas muy rarito últimamente con tanto calendario y poemita de esos tuyos"), aunque tampoco demasiado, ya que el hecho aconteció hace unos días.

Pero no puedo sustraerme a la tentación, hoy lunes, que me ha venido a la memoria. No sólo la noticia, aquella que llevaron la pasada semana a los informativos varias cadenas televisivas (lo de la celebración de San Canuto por los universitarios de Madrid), sino también este homenaje que en su momento Javier Batanero realizó en forma de canción.

Como el youtube no lo recoge, os dejo una estrofa.

San Canuto, rey y mártir
gracias por tu intercesión
aunque no tengas imagen
nos das la imaginación

viernes, enero 18, 2008

Medios de comunicación

Hay paradas de bus que invitan a fumarse un cigarrillo,
trenes en los que soñar despierto en el trayecto de ida y dormir en el de vuelta,
aeropuertos lejanos y taxis cercanos,
bicicletas pilotadas por los sueños.

Un ordenador quejumbroso que vomita,
una estilográfica famélica de trazos y caricias,
un sobre sin cartero,
un teléfono silencioso.

Y entremedias
tú, vosotros, ellos, esos, aquellos.
¿Y dónde está Wally?

sábado, enero 12, 2008

Si un día...

...no tengo papeles por las mesas, es que me he vuelto ordenado

...mi risa no te alcanza, es que me he quedado mudo

...no toso al despertarme, habrán encarcelado al del estanco

...no te miro a los ojos, habré encerrado la pasión

...la curiosidad no me sorprende, me habré vuelto serio

...no me subo a los pupitres en clase, es que me he puesto traje y corbata

...no me entran ganas de meterte mano en el ascensor, será que ya no amo

...digo que mañana vuelvo, no me habré ido

...dejo de escribir, búscame en una oficina

...dejo de buscar, es que no me he encontrado

...no me encuentro, no hagas caso

...los besos se refugian en las mejillas, me he cosido los labios

...doy la mano, es que me faltan abrazos

...sólo me quedan puntos suspensivos, me habré rendido.

jueves, enero 10, 2008

¡Qué siga!

Se agotaron las páginas de mi almanaque la primera mañana de enero y tiré el envoltorio de cartón a la papelera. En cierto modo daba igual, porque las sorpresas en el calendario no llegan institucionalizadas, pese a que mi hermana hiciera un cronograma para estas fechas de excesos y defectos que, por fin, ya han caducado.

Y es que esa vida que me alcanzaba hace unos meses ha repartido en esos veinte días, a partes iguales, bofetadas y caricias. Y sigue persiguiéndome. La vida, aclaro. En forma de personajes y personas, de cuerpos y ausencias, de risas y tristezas, de turrones y hervidos de verdura. ¡Qué maja, la vida!

Y es que siento su latido. En la presencia de amigos que antes fueron alumnos y que me rejuvenecen en cada encuentro, en la complicidad con hermanos que parecen amigos, en las risas con Malati que nunca se marchitan, en los lugares comunes y hasta en las rutinas que poseemos la pandilla de siempre pese a vernos tan poco, en el perenne y leal abrazo de Rask, en la lejana cercanía de un ilicitano en Madrid que envía vino y amor, el primero envasado, el segundo a flor de piel, en la montaña rusa de la bailarina.

Y hasta en la bici, que sigue descojonándose al verme embutido en el culotte.

miércoles, enero 02, 2008

El primero del año

Me estreno con una recomendación para los sensibles y los oscuros, un botellazo a la resaca de la vida, una lectura inevitable en este invierno, un "qué jodida la bloguera", algo así como la admiración y la rendición ante unas rimas asonantes primas de mis entusiasmos.

Una linda manera de comenzar este nuevo tránsito que se inventaron hace muchos, muchos, muchos años.